Aprendamos a ser "pequeño"
San Mateo 11,25-27.
Jesús dijo:
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
¡Admirable acción de gracias del Hijo de Dios! Pero ¿somos capaces de calibrar hasta qué punto derriba Dios a los poderosos de sus tronos y a los sabios de sus cátedras? Y es que los poderosos y los sabios no saben dar gracias; la seguridad en su fuerza se lo impide... Sólo el pequeño, el pobre abierto a lo inédito, puede cantar con Jesús la alabanza de Dios, que ha escondido todo el misterio del mundo en el secreto de su amor eterno, en el que dice a su Hijo: !Tú tienes todo mi amor!
Aprendamos a ser "pequeño", "menor" como San Francisco. "Pequeño" es el que acepta la realidad de ser criatura pequeña ante el Creador, aunque tan preciosa para él que la llama a participar de su vida misma. Es "pequeño" quien se muestra contento con lo que es, quien sabe que no es omnipotente y, por eso, se abre a la relación con Dios. Es "pequeño" quien reconoce haber recibido todo como don y lo usa no como dueño o como prestador, sino como siervo, con gratitud. Quien es "pequeño" de este modo conoce algo del amor del Padre y del Hijo.
¡Feliz día de N. Sra. del Carmen! La virgen que en su pequeñez ha sido ensalzada y llena de gracia.
Tengamos hoy muy presentes a todos los que viven del mar y se confían a la protección de la Virgen del Carmen.
¡Paz y Bien!